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DE LA TUMBA/EL CLOSET A LAS CALLES: Una mirada Queer al Relato de la Resurrección en Juan

De la tumba/closet a las calles: Encontrando el mensaje de esperanza y liberador en Juan para nuestras comunidades. Una mirada Queer a la Resurrección.
 
Por: Rev. Jonathan E. Rodríguez Cintrón
 
El evangelio de Juan no es uno de los sinópticos, la agenda del autor de Juan es una muy diferente a la agenda de Lucas, Marcos y Mateo. Marcos fue el primer evangelio sinóptico en ser escrito, Lucas y Mateo se informan de éste y éstos tres aparentan substraer información de una tercera fuente que algunos biblístas llaman “Q”, pero es un misterio. Si sabemos que ésa otra fuente es una muy primitiva escrita antes que todos los evangelios y posiblemente antes que las cartas paulinas, y se componía de dichos de Jesús. No obstante el Evangelio Juanino, conocido también como el evangelio del águila para tipificar que a través del evangelio de Juan podemos tener una mirada directa al sol de Justicia que es Jesús, pues solo el águila puede ver directo al sol sin que su retina se contraiga; éste evangelio decidió simplemente ir aún más profundo en la figura romántica, divina y humana de Jesús (el verbo hecho carne).

El evangelio de Juan se divide en varios tomos: 1. Prólogo “El verbo se hizo carne”: en éste Juan explora la espiritualidad y la sexualidad; 2. El libro de las señales: libro para potenciar a los/as débiles y marginados/as, en éste tomo encontramos 5 de los 7 “Yo Soy” de Jesús: Yo soy el pan de vida, la luz del mundo, la puerta, el buen pastor, la resurrección y la vida; 3. Jesús prepara a su nueva comunidad para la venida del Espíritu. Aquí encontramos los otros 2 “Yo Soy” restantes: Yo soy el camino la verdad y la vida, Yo soy la vid verdadera; 4. Juicios opresivos, muerte violenta- La Resurrección; 5. Epílogo: La restauración de Pedro, la longevidad del discípulo amado.[1] Los 7 Yo Soy afirman que Jesús es la totalidad del Yahvé del antiguo testamento y esto es importante pues para Juan, a través de Jesús el Yahvé está corrigiendo los errores creados por una sociedad patriarcal, es el mismo Yahvé quien está rechazando éste orden social patriarcal y con el el relato de la purificación del templo el autor de Juan deja claro que ése Yo Soy rechaza también a la oligarquía religiosa de la época. Si creemos que las escrituras contienen sabiduría para el presente, como es nuestra fe, esas denuncias y rechazos se encarnan hoy día también.

Claro está el autor de Juan no utiliza palabras como homosexualidad, queer, género, heteronormatividad ni patriarcado, pues son conceptos modernos para nosotros/as, no obstante a través del estudio antropológico del libro los/as biblístas han logrado indentificar que en efecto el evangelio de Juan es promotor de liberación para las minorías sexuales.[2] Así como también señala la persecución, opresión y violencia sufrida por las comunidades y esboza las causas de la pobreza. De hecho, en éste evangelio nos se habla del Reino de Dios, sino, de la Vida Eterna o Vida Abundante en Cristo, que tiene una dimensión política y dialéctica no material como las interpretaciones modernas de la prosperidad intentan hacer ver.[3] Más allá, Hanks nos recuerda que en el contexto de una comunidad excomulgada y perseguida, a la que Juan escribe, el evangelio juanino se enfoca más en las amenazas de la marginación, persecución y violencia que en la pobreza económica como tal. De hecho, la teología del evangelio juanino está más arraigada en la historia del Éxodo contenido en las escrituras de Israel y desarrolla el tema de la vida abundante que es ofrecida y experimentada en la nueva comunidad inclusiva de los discípulos y amigos/as de Jesús.[4] En éste escrito pretendo hablar de la resurrección y no hacer una exégesis del libro completo de Juan no obstante, es importante colocarnos en contexto.

Juan el autor del evangelio, se autoidentifica como Juan y punto, no Juan el Bautista ni siquiera como Juan el discípulo, de hecho la hipótesis más aceptada es que el autor de Juan es un discípulo del mismo Juan. No obstante sí resalta con amplia insistencia a Juan el apóstol como “el discípulo amado” y esta frase es muy importante resaltar en la cultura grecorromana en la que éste evangelio encuentra su contexto. Éste es el escándalo del que como teólogos/as siempre tratamos de zafarnos al hacer lectura de éste evangelio. El biblista Thom Hanks como otros muchos/as biblistas y antropólogos/as del idioma nos recuerdan que el término “discípulo amado” en la cultura grecorromana tiene connotaciones eróticas.[5] En la tradición grecorromana el discípulo amado era un joven, soltero (Juan el apóstol, descrito como el más joven y también como soltero entre los discípulos de Jesús) y su maestro usualmente sostenían una relación mucho más profunda tipo íntima-erótica para pasar así el conocimiento.[6] Ahora bien, ésta no es la única señal en el texto sagrado que Juan nos da para dejarnos saber que su mensaje está dirigido principalmente a las minorías sexuales, sino que también en éste evangelio Juan habla con particular respeto, admiración y atención a las mujeres. Jesús viene a establecer una nueva comunidad, una familia alternativa, una comunidad inclusiva. (Recordemos que Juan le escribe a una comunidad excomulgada y marginada).

El primer milagro de Jesús en las bodas de Canaán tiene un especial simbolismo, un hombre soltero de 30 años con un grupo de hombres y mujeres llamados/as sus discípulos, van a participar de una boda, simbolismo de la familia y estructura patriarcal. Jesús y sus discípulos conforman un nuevo orden social, una nueva forma vivir en familia. Es Jesús la antítesis al patriarcado y a la descripción normativa de la familia, trae el nuevo vino que a todos sacia. Pedro el único discípulo descrito como casado en éste evangelio, es quien niega a Jesús 3 veces y luego tiene que ser restaurado a través del amor incondicional de Jesús en el epílogo de éste libro y es quien apacienta las ovejas. Sin duda estamos ante un evangelio muy queer, si así lo queremos llamar, un evangelio que en el siglo primero ya hablaba de nuestra liberación y de salir del closet.

El relato de la resurrección en Juan 20, nos relata a una mujer, tradicionalmente conocida como la prostituta, María de Magdala/ María Magdalena. Ella es la primera persona en acudir a la tumba del maestro, allí se encuentra con que el cuerpo de Jesús no estaba y comienza a llorar pensando que lo habían robado. Jesús sale a su encuentro, mientras Magdalena en llantos y con miedo no le reconoce, no es hasta que Jesús llama su atención por tercera vez que la mujer reconoce a su maestro y éste rechaza el contacto físico. (Tome nota de esto). Luego Jesús la hace a ella, la prostituta, la Apóstol de la Resurrección, enviándola a dar el mensaje a todos/as los/as discípulos de Jesús sobre el gran acontecimiento. A la tumba regresan Pedro junto al “Discípulo Amado” y éste llega primero que Pedro pues corrió más rápido. Era mucho más joven y en mejor estado físico. Importante dato para la cultura grecorromana.[7] En éste espacio vamos a encontrar cómo se continúa resaltando la relación de profundidad entre Juan y Jesús, ésta se transforma ahora en una relación de profundidad espiritual. Juan cree sin ver el cuerpo de Jesús. Ahora bien, tomando en consideración éstos aspectos culturales de la cultura grecorromana del siglo primero y el lenguaje juanino, entendemos que hay una clara intención en el relato de Juan. Son las dos figuras que representan la minoría sexual de la época quienes tienen el protagonismo principal en ésta historia.[8] ¿Qué más necesitamos para entender que Juan afirma que en Cristo nuestra comunidad es juntamente resucitada?.

En el nuevo orden social que Jesús nos presenta en los 4 evangelios, e incluso en la propuesta paulina, la diversidad y el amor incondicional son la piedra angular que define la vida en comunidad cristiana. El evangelio de Juan no es un llamado al cese y desista de la vida heterosexual, sino un llamado al cese y desista al patriarcado, a la marginación y la injusticia. La cruz fue una muerte violenta, injusta e innecesaria. Por eso los/as discípulos tenían tanto miedo, el mensaje de salvación no tenía por qué incluir tal macabra escena, nuestro Dios no es un sádico. ¿Qué padre o madre que ama con profundidad a su hijo/a quiere verlo colgado en una cruz? La gracia de Dios no se hace manifiesta a través del morbo de la ejecución de Jesús, sino a través de su vida y más aún a través de su resurrección. El Viernes Santo el cielo se oscureció cuando el mensaje de la injusticia y la intolerancia venció segando la vida de nuestro maestro. No obstante, Dios no dejó a su hijo ahí encerrado en la oscuridad de la tumba ni en el encierro de la vergüenza. Por el contrario, Dios llamó a Jesús y le dijo: SAL FUERA. En ese momento la luz disipó las tinieblas y la vida volvió a nacer en el mundo, la injusticia, la persecución y la intolerancia ya no tienen la última palabra.

El closet es nuestra tumba. Nuestra comunidad ha estado viviendo en el Viernes Santo por muchos años. Tal como a Jesús, hemos sido latigados/as, hemos sido escupidos/as, hemos sido avergonzados/as en público. El estado, la iglesia y la sociedad fanática han sido nuestros verdugos/as, hemos sido negados/as por nuestros/as propias amigos/as, hemos sido condenados/as por aquellos/as a los que por hemos servido e incluso sanado. Hemos sido excomulgados/as de los lugares sagrados e incluso tal como sucedió en Pulse Orlando FL y en Stone Wall NYC, nuestros espacios sagrados han sido violentados por la fuerza intolerate religiosa, patriarcal y heteronormativa.

Luego de ser perseguidos/as y crucificados/as como ladrones, como anormales sociales, como herejes, tal como lo hicieron con el maestro, hemos sido forzados/as a entrar a la tumba, al closet. La buena noticia del evangelio para nosotros/as es que nuestro tiempo en ése espacio tiene fecha de caducidad. La voz de aquel que nos llamó de las tinieblas a la luz admirable nos invita a salir fuera. “Sal fuera es mañana de resurrección, es mañana de restitución”. Quien te creó y te pensó tal y como eres, y hoy te llama a salir de tu oscuridad para que la vida vuelva a nacer en tus ojos, para que seas un/una apóstol de la resurrección. Vivir en la tumba no es vivir, y salir de ella es imperante, no obstante esa salida sucederá en tu tiempo. Dios no empuja a nadie a salir de la tumba, Dios solo te llama y su voz te recuerda que éstas vivo/a y que tu vida da vida a muchos/as otros/as que viven en soledad y oscuridad. Tu testimonio como el de Magdalena es necesario para que otros/as crean. La iglesia se tomará su tiempo, porque también como Magdalena, en su terror no pueden identificar a Jesús en otros textos, en otros cuerpos. No obstante, recordemos que la iglesia no es quien nos resucita, menos la sociedad, mucho menos una ley del Estado. Quien nos resucita es quien nos creó el Dios de la diversidad, el Espíritu de la sabiduría y creatividad que también habita en nosotros/as. El Dios Madre que nos llama a la vida abundante que se experimenta precisamente en la comunidad inclusiva de los/as discípulos del resucitado, los amigos/as del libertador. Hoy es mañana de resurrección… Cristo vive y porque él vive nosotros/as también viviremos, su resurrección nos recuerda que nuestro viernes santo tiene fecha de caducidad. Dios nos llama a vivir ya vivir en abundancia, nadie vive abundantemente encerrado en una tumba. SAL FUERA.
 
Bibliografía

Donald Biosvert. En La tierra santa: Meditaciones sobre espiritualidad gay. Traducido por Ariel Barrios Medina. Buenos Aires. 2000.

Elizabeth Stuart. Teologías Gay y Lesbiana: Repeticiones con Diferencia Crítica. Barcelona: Melusina, 2005.
Marcella Althaus-Reid. La teología indecente: Perversiones teológicas en sexo, género y política. Barcelona: Ballaterra. 2005.

Richard J. Bauckham. The Beloved Disciple as Ideal Author, Journal for the Study of the New Testament 49 (1993): 21-44.
Theodore W. Jennings sobre el Discípulo Amado en The Man Jesus Loved: Homoerotic Narrativies from the New Testament. Cleveland: Pilgrim, 2003

Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012.
 
[1] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 94
 
[2] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 97
 
[3] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 96
 
[4] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 97
 
[5] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 102
 
[6] Theodore W. Jennings sobre el Discípulo Amado en The Man Jesus Loved: Homoerotic Narrativies from the New Testament. Cleveland: Pilgrim, 2003.: Éxodo estipuló que la Pascua judía fuese clebrada en cada hogar con la participación de los padres e hijos de la casa (Ex. 12:1-28) No obstante, Jesús la celebró en Jerusalén con sus discípulos varones, solteros excepto Pedro, sin la presencia de mujeres y niños (ver Deut 16: 1-8). Aunque Jesús amaba a todos sus discípulos como amigos íntimos y beneficiarios de la solidaridad sacrificial, impresiona que uno sea llamado el discípulo a quien Jesús “amaba” (agapao; Jn 13:23; ver este verbo en el cantar de los Cantares, LXX). El enfoque en el discípulo amado hace patente que esta relación especial implica un amor diferente del que vincula a Jesús con los demás discípulos. Así ya en este texto es difícil evitar la conclusión que la diferencia refiere al deseo erótico o atracción sexual. Tal imprsión se forltalece cuando observamos cómo se manifiesta este amor diferente, pues leemos que éste discípulo estaba “recostado sobre el pecho de Jesús” (RVR nota Jn 13:23; cfr. BJ nota 13:23; griego, en to kolpo) y “recostándose sobre el seno (griego, stethos) de Jesús” (13:23ñ cfr. Stethos en 21:20 abajo). De ésta manera el texto puntualiza que ese amor especial consistía en la cercanía física y la intimidad corporal. Es decir, ser el discípulo amado por Jesús con un amor diferente era experimentar intimidad física como hábito común. Pedro y los demás apóstoles reconocerían y darían por sentada tal relación entre Jesús y el discípulo amado. Pedro también sabía que Jesús compartiría con el discípulo amado secretos íntimos que los demás apóstoles ignoraban y tendrían que averiguar (13:24-27). Así la lecutrua natural y menos forzada del texto es que Jesús además de amar a todos sus discípulos, tenía un amado de quien era el amante.
 
[7] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 104
 
[8] Thomas D. Hanks. El Evangelio Subversivo. Comentario Exegético Social del Nuevo Testamento: Buenas Nuevas para: Pobres, Marginados y Oprimidos. España. Editorial CLIE, 2012. p. 104
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